El fundador de Butoku-kan, Taketo Okuda entrenó durante muchos años y a su vez formó grandes karatekas, si no los más importantes del estilo Shotokan. Desde que llegó a Brasil, su misión fue formar grandes luchadores para pelear y ganar grandes desafíos, incluyendo competencias y campeonatos. Incluso formando grandes nombres en el karate moderno, Okuda Sensei tenía el reconocimiento de pocos karatekas. Por tanto, en toda su historia, sólo hubo dos discípulos que el Fundador del Butoku-kan, Taketo Okuda, concibió y encontró dignos de mérito, para portar esta "Bandera Amarilla y Blanca" llamada Butoku-kan, porque no era sólo un nombre, sino un Legado o una "Filosofía de Vida" demasiado profunda y compleja para llevarla adelante.

  Los dos discípulos elegidos a lo largo de esta historia con más de 50 años de Butoku-kan, fueron Diego Fort y Seiji Kaduoka. Justo al comienzo de su carrera, Taketo Okuda tuvo como alumno al gran Diego Fort, quien, además de su tamaño, su espíritu guerrero samurái siempre ha sido lo más destacable.

  Diego Fort vino a Brasil y comenzó su andadura en 1978, entrenando intensamente e incansablemente con Mestre Okuda durante muchos años, creando un gran vínculo de respeto y consideración con Taketo Okuda. Luego de capacitaciones y más capacitaciones, aproximadamente dos años después, en 1980, Diego inauguró el primer Butoku-kan en Uruguay con la aprobación y permiso del Fundador y Maestro Taketo Okuda.

  Desde entonces el Sensei Diego Fort inició su camino enseñando toda esa Filosofía que el Butoku-kan tiene como principal objetivo, para una nueva generación de karatekas uruguayos, formando así nuevos discípulos. Sensei Diego fue desarrollándose y creciendo cada vez más al punto de darse cuenta que un solo Butoku-kan no sería suficiente para servir a todo el país, por lo que forjó nuevos discípulos para que pudieran llevar adelante las enseñanzas de nuestro Maestro y Fundador Taketo Okuda. .

  Sensei Diego Fort es el Instructor Jefe y Coordinador General de todos los Butoku-kan en Uruguay, no solo coordinando sino también capacitando e impartiendo cursos en otras ciudades. Actualmente, en todo Uruguay hay siete sucursales de Butoku-kan, cada una en una ciudad diferente del país.